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Francisco Villarroel-Riquelme, Candidato a Doctor en Ciencias de la Complejidad Social en la Universidad del Desarrollo. Investigador del Centro de Investigación en Complejidad Social, Universidad del Desarrollo. Sus áreas de investigación son las ciencias del comportamiento, en particular la influencia social en la toma de decisiones. Actualmente su tesis doctoral trata sobre liderazgo, normas sociales y comportamiento antisocial.
El auge de los líderes autoritarios es un fenómeno global y, a pesar de su presencia en distintos países, sigue siendo poco comprendido. Según una encuesta del Pew Research Center, en promedio un 31% de las personas en países como India, Estados Unidos, Kenia, México y Argentina considera que ser gobernado por un líder fuerte podría ser una buena forma de gobierno (Silver & Fetterolf, 2024).
Desde hace décadas, la psicología política ha mostrado que las personas no necesariamente eligen liderazgos autoritarios por poseer una “mentalidad autoritaria”, sino que estas preferencias suelen activarse dependiendo del contexto, por elementos como la sensación de escasez o percepción de amenaza (Laustsen & Petersen, 2020). Si bien la literatura ha destacado el valor instrumental de preferir estos liderazgos proponemos que existe una diferencia importante entre preferir un líder autoritario para resolver un problema inmediato y valorar estos líderes positivamente, es decir, que haya una convicción de que ese tipo de liderazgo es lo correcto.
En un contexto electoral donde los atributos de líderes fuertes han sido parte de la conversación, usamos datos de la encuesta MEPOP 2022 para indagar en ambas posibilidades en Chile y encontramos algo interesante: existe una clara separación entre preferir un líder fuerte por razones prácticas y considerar que ese tipo de liderazgo es “bueno” en sí mismo.
En los últimos años la psicología política y social han identificado tres motores de preferencia por líderes dominantes o fuertes:
- Malestar económico (inflación, desempleo, ajustes). (ej: Jimenez et.al, 2021)
- Percepción de amenaza (ej: Laustsen & Petersen, 2017)
- Ideología de derecha (Petersen & Laustsen, 2020)
- Personas de izquierda desestiman a los líderes autoritarios (ej: Chon & Kakkar, 2021)
En esta contribución se testean dos hipótesis consolidadas (malestar económico e ideología) extendiendo esta última a una dimensión poco explorada: los votantes “sin ideología”. Además, vemos las brechas existentes entre la preferencia por líderes autoritarios y la valoración normativa que se hace de estos atributos.
Datos y método
Para tener una primera aproximación a esta pregunta se analiza la encuesta MEPOP 2022, Ola 1 (n = 1820) y se estima la probabilidad lineal de dos preguntas que funcionan como variables independientes:
- Una aproximación funcional: “En algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”.
- Una aproximación normativa. Qué tan bueno o malo le parece “tener a un líder fuerte que no le preocupen el Congreso ni las elecciones”, una pregunta normativa que se relaciona a lo que le parece apropiado o inapropiado a las personas más allá de su resultado.
Nuestro modelo integró como variables independientes el nivel socioeconómico reportado en la encuesta (con base en ABC1), las creencias sobre la propia situación económica (si empeorará o no), la sensación de escasez y la ideología con base en los que identitariamente se consideran de centro. Se agregan como controles la edad, el género y el nivel de civismo, el cual definimos la valoración positiva de llegar a acuerdos como principal mecanismo democrático.
Los resultados de la siguiente tabla confirman lo que sugiere la literatura: los grupos socioeconómicos más bajos muestran una mayor preferencia por líderes dominantes. Este es el caso de los grupos E y D con 15.5 y 7.6 puntos porcentuales en el aumento de preferencia por estos líderes, respectivamente, en comparación a personas ABC1.
Tabla 1: Modelo de probabilidad lineal sobre la preferencia por líderes fuertes
| Variables Dependientes | ||
| “En algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible” | “Tener a un líder fuerte que no le preocupen el Congreso ni las elecciones” | |
| Constante | 0.216*** (0.038) | 0.069 (0.038) |
| NSE – C2 | 0.034 (0.032) | 0.039 (0.035) |
| NSE – C3 | 0.054 (0.029) | 0.052 (0.032) |
| NSE – D | 0.076** (0.028) | 0.067* (0.030) |
| NSE – E | 0.155*** (0.040) | 0.097* (0.040) |
| Pesimismo sit. Económica personal | 0.031 (0.023) | 0.007 (0.024) |
| Empeoramiento economía país | -0.015 (0.022) | -0.004 (0.023) |
| Derecha | 0.183*** (0.029) | 0.018 (0.028) |
| Izquierda | -0.116*** (0.023) | -0.054* (0.027) |
| Ninguno | 0.035 (0.030) | -0.004 (0.029) |
| 35 – 44 años | −0.033 (0.027) | 0.016 (0.027) |
| 45 – 59 años | −0.005 (0.028) | 0.038 (0.027) |
| + 60 años | 0.005 (0.028) | 0.079** (0.029) |
| Hombre | 0.015 (0.019) | 0.088*** (0.020) |
| Civismo | −0.103*** (0.021) | 0.056** (0.020) |
| Interés en Política | −0.018 (0.020) | 0.010 (0.022) |
| Observaciones | 1820 | 1820 |
| R² | 0.105 | 0.029 |
| R² ajustado | 0.098 | 0.021 |
| Error estándar residual (df = 1804) | 0.402 | 0.412 |
| Estadístico F (df = 15; 1804) | 14.167*** | 3.617*** |
Nota: *= p < 0,05; ** = p< 0.01; *** = p < 0.001. Errores robustos en paréntesis. Categoría base NSE: ABC1; Ideología: Centro; Tramo etáreo: 18-35 años; Género: mujer.
En este modelo en particular testeamos 3 variables que buscan capturar condiciones materiales de subsistencia, así como la autopercepción de cómo será el futuro económico individual y el del país, y la evidencia muestra que estas dos últimas variables no están asociadas a la preferencia por este tipo de liderazgo. Lo que parece importar es la situación económica “real” a través del nivel socioeconómico, más que la percepción sobre el futuro. Por otra parte, la ideología importa, tal cual lo señala la literatura: las personas que se declaran de derecha están asociados positivamente con la preferencia por líderes fuertes en 18 puntos porcentuales promedio más con respecto a los que se identifican como centro, mientras las personas que se identifican de izquierda están asociadas negativamente en 12 puntos porcentuales promedio menos que las personas de centro. Este patrón que es coherente con otros hallazgos internacionales (ej: Chon & Kakkar, 2021), también refleja dinámicas locales en Chile: los debates políticos recientes —como el plebiscito constitucional de 2022— se han articulado desde la izquierda en torno a la dicotomía democracia vs. autoritarismo (Fuenzalida et al., 2025), por lo que sigue siendo un elemento identitario que reduce dicha preferencia.
Sin embargo, cuando se trata de valorar directamente un líder fuerte como “bueno”, los resultados cambian. Los grupos D y E siguen tendiendo a valorarlo positivamente, pero con una magnitud menor. En cambio, la ideología pierde fuerza explicativa: la identificación política no determina significativamente si alguien considera moralmente positivo a un líder autoritario. Esto sugiere que la ideología influye en la preferencia instrumental —a quién apoyo para resolver un problema— pero no necesariamente en la valoración normativa —a quién considero justo o correcto—. Finalmente vemos una asociación positiva en otro tipo de atributos sociodemográficos como las personas sobre 60 años y los hombres, aunque con magnitudes relativamente bajas. Esto podría explicarse por normas sociales interiorizadas —como el respeto a la autoridad— o por la asociación tradicional entre masculinidad y liderazgo autoritario.
Además, observamos que entre quienes no se identifican con ninguna ideología política no existe un patrón claro de apoyo hacia líderes autoritarios: ni los prefieren con mayor frecuencia ni los valoran positivamente. Esto sugiere que la desvinculación ideológica no implica necesariamente una mayor apertura a alternativas autoritarias.
Finalmente, es importante destacar que el modelo explica una proporción muy pequeña de la varianza (R² bajo), lo que indica que aún no comprendemos del todo qué factores explican esta preferencia. En otras palabras, los determinantes de la atracción por liderazgos autoritarios parecen ser más complejos y multifactoriales de lo que la literatura ha supuesto hasta ahora.
Preferencia, valoración e inestabilidad democrática
Nuestros resultados muestran que Chile no es una excepción: la relación entre nivel socioeconómico, ideología y preferencia por liderazgos autoritarios sigue una lógica similar a la observada en otros países. Los más desfavorecidos tienden a preferir figuras dominantes, posiblemente porque perciben menos que perder y más que ganar en contextos de cambio o crisis. Muchas personas pueden considerar contraintuitivo el hecho de preferir a alguien que es evidentemente autoritario, pero tenemos que recordar que “la dominancia es tolerada porque el costo de desafiar el statu quo supera el precio de la subordinación”. (Cheng, 2020).
No obstante, hay algo más sutil en juego. No todas las personas que prefieren líderes fuertes creen que eso sea bueno. La preferencia instrumental —buscar orden, estabilidad o soluciones rápidas— no siempre se traduce en una convicción moral. Esto implica que las bases de apoyo de estos liderazgos pueden ser frágiles e inestables, sostenidas más por la necesidad que por la convicción. La evidencia ha mostrado cómo los líderes fuertes rápidamente pierden su influencia por sobrexplotación (Ronay et.al, 2023), haciendo de la coerción directa su único mecanismo de influencia (Chen et.al, 2021).
En clave electoral, esto tiene consecuencias relevantes: el apoyo a figuras autoritarias podría aumentar en tiempos de crisis o desafección, pero también puede diluirse rápidamente si esas expectativas no se cumplen. Entender esta diferencia entre “preferir” y “valorar” puede ayudar a anticipar por qué ciertos liderazgos autoritarios emergen con fuerza y luego se desmoronan.
En síntesis, las personas no necesariamente votan a líderes autoritarios por convicción valórica, sino por una combinación de estrategias, influenciadas por razones materiales e ideológicas. En un escenario político marcado por la incertidumbre, la promesa de orden puede resultar más seductora que la defensa abstracta de la democracia, pero su base es igual de inestable que toda la política de los últimos lustros.
Referencias
Chen, F. X., Zhang, X., Laustsen, L., & Cheng, J. T. (2021). Harsh but Expedient: Dominant Leaders Increase Group Cooperation via Threat of Punishment. Psychological Science, 32(12), 2005-2022. https://doi.org/10.1177/09567976211031208
Chon, D., & Kakkar, H. (2021). Nothing to Worry About: Why Liberals Underestimate Dominant Leaders and Act Complacently. Academy of Management Proceedings, 2021(1), 10643. https://journals.aom.org/doi/10.5465/AMBPP.2021.10643abstract
Fuenzalida Gauna S, Navia P, Osorio R. In Pinochet’s Shadows: The Incidence of Authoritarian/Democratic Values on the Vote Choice in the 2022 Constitutional Plebiscite in Chile. Latin American Politics and Society. 2025;67(3):107-124. https://doi.org/10.1017/lap.2025.10023
Jiménez, Á. V., Flitton, A., & Mesoudi, A. (2021). When do people prefer dominant over prestigious political leaders? Evolutionary Human Sciences, 3, e16. https://doi.org/10.1017/ehs.2021.12
Laustsen, L., & Petersen, M. B. (2017). Perceived Conflict and Leader Dominance: Individual and Contextual Factors Behind Preferences for Dominant Leaders: Perceived Conflict and Leader Dominance. Political Psychology, 38(6), 1083-1101. https://doi.org/10.1111/pops.12403
Petersen, M. B., & Laustsen, L. (2020). Dominant leaders and the political psychology of followership. Current Opinion in Psychology, 33, 136-141. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2019.07.005
Ronay, R., Oostrom, J. K., She, M., & Maner, J. (2023). Banding together to avoid exploitation: Dominant (but not prestige-based) leaders motivate collective moral opposition from followers. Group Processes & Intergroup Relations, 27(1), 76-98. https://doi.org/10.1177/13684302231151942
Silver, Laura & Fetterolf, Janell. (2024, febrero 28). Who likes authoritarianism, and how do they want to change their government? Pew Research Center. https://pewrsr.ch/3USevcn