Hugo Jofré Rodríguez es Estudiante de Doctorado en Ciencia Política en la Universität Rostock (Alemania). Presidente de la Asociación Chilena de Ciencia Política (ACCP) y Profesor Asistente de la Universidad San Sebastián de Chile. Es Administrador Público y Magíster en Políticas Públicas por la Universidad de Chile. 

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Introducción

La noche del 16 de noviembre, los resultados electorales confirmaron el escenario ampliamente proyectado para el ballotage: Jeannette Jara (PC) y José Antonio Kast (REP) se impusieron con el 26,85% y 23,92% respectivamente. Si bien la sorpresa fue Franco Parisi con un 19,71% y la obtención de 14 diputados para el Partido de la Gente, los ojos se posaron sobre Johannes Kaiser y Evelyn Matthei de cara a sus apoyos a Kast en la segunda vuelta presidencial. 

Conocidos los resultados, tanto Matthei como Kaiser concurrieron rápidamente a respaldar al candidato republicano, señalando que la unidad sería la tónica entre ellos frente a Jara. Sin embargo, más allá de frases de buena crianza, la realidad no es tan plácida entre los adherentes de la derecha. La irrupción de Kast y Kaiser barrió con las aspiraciones de Chile Vamos no solo en la presidencial, sino que redujo ostensiblemente su representación parlamentaria, lo que abre una serie de preguntas sobre cómo se relacionarán las distintas derechas en el nuevo Congreso. 

 

Resultados elección 2025

Los resultados de la elección presidencial 2025 no tuvieron muchas sorpresas, pero sí resulta llamativo que, en concordancia con lo que fue la presidencial de 2021, la derecha tradicional representada por Chile Vamos obtuviera un mal resultado y sea relegada a la quinta posición. Desde su lado del espectro, ya no solo fue superada por Kast, sino que ahora Johannes Kaiser se convierte en un nuevo actor a considerar pensando en los próximos cuatro años. La Tabla 1 muestra los principales datos de la elección presidencial.

Fuente: Elaboración propia con datos SERVEL con el 99,99% escrutinio mesas. 

 

Sistema político chileno: de los dos bloques hegemónicos al archipiélago de partidos 

Históricamente, el sistema de partidos chileno era caracterizado a partir de su alto grado de institucionalización (Mainwaring 2018) y la gran influencia de las élites partidarias (Siavelis 2009). Desde el retorno a la democracia, los principales bloques -Concertación y Alianza- hegemonizaron gran parte de los cargos de elección popular, generando cierto nivel de estabilidad y continuidad en el sistema político (Aninat, et. Al.2011).

La implementación de la reforma 2015 -que cambió el sistema electoral binominal por uno de tipo proporcional- generó cambios en los incentivos al interior del sistema político y la contienda electoral, los que se hicieron efectivos a partir de la elección 2017 (Cabezas, et. Al. 2023). Siguiendo a Gamboa & Morales (2016), el nuevo sistema electoral generó oportunidades para que nuevos grupos políticos se formaran. Además, dentro de sus efectos se evidencia un aumento en el número de partidos y en la fragmentación al interior del sistema político (Jofré & Cabezas 2025).

En ese contexto, la aparición de Kast en 2017 y Kaiser en 2025, tensionaron aún más la situación de los partidos de Chile Vamos, coalición que experimentó una sistemática caída en su base parlamentaria hasta llegar a su menor expresión desde el retorno a la      democracia con 34 escaños en 2025. Si bien el resultado presidencial ya era negativo, el resultado en la votación parlamentaria de la lista de Chile Vamos tampoco es mucho mejor, considerando que alcanzó el tercer lugar de las preferencias con 21,05% y 34 diputados. Al comparar con las otras listas, el pacto Cambio por Chile -que agrupó a Republicanos, libertarios y socialcristianos- logró 23,01% con 42 escaños. 

Si se analizan los resultados por partidos -tanto en la Cámara como en el  Senado- la situación es mucho más compleja para la derecha tradicional en la Cámara. En el      Senado, al solo renovarse 23 escaños, Chile Vamos corría menos peligro.

Fuente: Elaboración propia con datos SERVEL con el 99,96% escrutinio mesas. 

 

La literatura nos señala que, en regímenes presidencialistas, el rol del candidato presidencial es relevante en su vinculación con la lista parlamentaria, especialmente si es un candidato competitivo. Este efecto de arrastre -o coattail effect– genera que candidatos presidenciales populares puedan contribuir a la votación obtenida por los candidatos legislativos que van en su misma lista, ayudando a su elección (Campbell 1960). 

Para Ferejohn & Calvert (1984), el efecto de arrastre ayuda a los presidentes a obtener cooperación en el poder legislativo de dos formas: la primera, reemplazando legisladores de oposición por miembros del partido del presidente; la segunda, los incentivos que genera un presidente popular a nivel de votantes de un distrito llevará a los candidatos a asociarse -o colgarse- a la figura presidencial para beneficiarse de su adhesión. 

El buen desempeño de Kast y Kaiser -y el efecto de arrastre que generaron en su lista parlamentaria- en la primera vuelta es la principal razón que explica la dramática caída en el número de escaños de Chile Vamos en el Congreso. En 2021 la lista de ChileVamos alcanzó 53 diputados con un 25,43%, este rendimiento electoral     fue significativamente superior al 12,78% obtenido por Sebastián Sichel en primera vuelta. En 2025, la lista de derecha tradicional más el partido Demócratas para diputados alcanzó un 21,05% y 34 escaños, superando ampliamente el 12,46% de Matthei en la presidencial. El voto cruzado de gente que optó por un parlamentario de Chile Vamos y prefirió a Kast o Kaiser por sobre Matthei se ve reflejado en los números obtenidos por la lista para diputados de Cambio por Chile. En el caso de Kast y Kaiser-que compitieron en lista parlamentaria conjunta-su resultado en diputados fue 23,01%, logrando 42 escaños con un 23,92% y 13,94% en la primera vuelta respectivamente. 

 

Reflexiones finales

La reforma al sistema electoral de 2015 y la implementación del sistema proporcional en 2017 contribuyeron al surgimiento de nuevas fuerzas electorales que desafiaron a los partidos tradicionales agrupados en la Concertación y la Alianza. El crecimiento en el apoyo a Kast entre las elecciones presidenciales 2017,2021 y 2025, sumado a la irrupción de Johannes Kaiser en la elección 2025 llevó a la derecha tradicional a su mínimo respaldo ciudadano en la cámara de diputados para el periodo 2026-2030. El cambio de las reglas electorales, sumado a un candidato presidencial poco competitivo como Sichel en 2021 y Matthei en 2025 pavimentó el camino para que el Partido Republicano se convierta en el partido con mayor número de diputados para la nueva legislatura con 31 escaños, 17 más que en 2021. 

Si ya el cuarto lugar de 2021 fue doloroso para Chile Vamos, la quinta posición de 2025 sumada a la caída de 53 a 34 diputados para la nueva legislatura deja a los partidos de la derecha tradicional en una delicada posición frente a sus competidores directos. Chile Vamos requiere un proyecto político claro y una justificación doctrinaria del porqué los chilenos deberían elegirlos a ellos y no a sus contendores, de lo contrario reducirán su votación en cuatro años más.  A pesar de que Kaiser alcanzó 8 diputados y 1 escaño en el senado, queda en una posición expectante respecto a partidos como RN y la UDI de cara a los próximos cuatro años.  

Contar con un candidato presidencial popular es fundamental para el desempeño de las listas legislativas. En ese sentido, el mayor caudal electoral de Kast y Kaiser por sobre Matthei, generó que candidatos legislativos poco conocidos de la lista Cambio por Chile fueran arrastrados por sus candidatos presidenciales y se impusieran a candidatos con incluso mayor experiencia de la lista de Chile Vamos ante el desplome de su abanderada.  

Chile Vamos concluye el proceso 2025 en una situación particularmente débil. A la delicada situación electoral descrita -con las mencionadas bajas en su elenco parlamentario- se suma también      la forma en que sus propuestas parecen desdibujadas ante el surgimiento de dos alternativas políticas que gozan de mayor nitidez respecto a su ideario político de cara a los desafíos del país.  El principal desafío que tendrán los integrantes de dicho conglomerado es definir primero su continuidad, para luego generar una estrategia que permita revertir una situación que, de mantenerse, pone en riesgo la supervivencia de sus partidos de cara a la próxima elección presidencial. 

 

Referencias

Aninat, C., Londregan, J., Navia, P., & Vial, J. (2011). Juego político cooperativo. Instituciones, procesos políticos, y características de las políticas públicas en Chile. El juego político en América Latina: ¿cómo se deciden las políticas públicas, 161-206.

Cabezas, J. M., Jofré, H., & Navia, P. (2023). The effect of campaign spending, district magnitude and incumbency when electoral rules create districts with old and new voters: the case of Chile in 2017. Journal of Elections, Public Opinion and Parties33(2), 258-277.

Campbell, A. 1960. “Surge and decline: A study of electoral change.”  Public Opinion Quarterly 24 (3):397-418.

Ferejohn, J. A., & Calvert, R. L. (1984). Presidential coattails in historical perspective. American Journal of Political Science, 127-146.

Gamboa, R. & Morales, M. (2016). “Chile’s 2015 Electoral Reform: Changing the Rules of the Game”. Latin American Politics and Society, v. 58, n. 4, pp. 126-144. Disponible en: https://doi.org/10.1111/laps.12005

Jofré, H., & Cabezas, J. M. (2025). Los Efectos de la Reforma Electoral de 2015 sobre el Sistema de Partidos Chileno. Dados68(3), e20221091.

Mainwaring S. (2018). Introduction. In: Mainwaring S, ed. Party Systems in Latin America: Institutionalization, Decay, and Collapse. Cambridge: Cambridge University Press; 2018:1-14.

Siavelis, P. M. (2009). Enclaves de la transición y democracia chilena. Revista de ciencia política (Santiago)29(1), 3-21.